lunes, 19 de abril de 2010

ciudades y comercio medieval

Las ciudades medievales estaban rodeadas de altas murallas para su protección. En sus puertas se cobraban los impuestos sobre las mercancías que entraban en la ciudad. Las puertas se cerraban por la noche. Los edificios más destacados eran la catedral, el ayuntamiento y los palacios de algunos nobles y burgueses. La ciudad se dividía en barrios, cada uno con su propia parroquia. El resto del espacio estaba ocupado por un enjambre de calles estrechas y tortuosas, entre las que, en ocasiones, había pequeños huertos. Había un gran espacio abierto, la plaza del mercado, donde los comerciantes y campesinos ponían sus tenderetes y en el que tenían lugar los principales acontecimientos de la ciudad: las representaciones de los artistas, las celebraciones festivas y los ajusticiamientos

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